Eso es
así: se posan en el tendido eléctrico y la corriente de miles de voltios no
les afecta. no se electrocutan. Pero… ¿por qué?
Para
entender el fenómeno debemos entender el comportamiento del flujo de electrones
que conforma la corriente eléctrica.
La
corriente circula entre dos puntos entre los que existe una diferencia de
potencial y la intensidad con que lo hace depende de esa diferencia de
potencial y de la resistencia que ofrezca el camino.
Los
hilos de cobre o de otro metal son mucho mejores conductores que el cuerpo
humano o el cuerpo de las aves, así que si la corriente de electrones puede
escoger el camino, elegirá siempre el que le ofrezca menor resistencia. Esa es
la razón de que los aparatos eléctricos dispongan de un cable para hacer
tierra: si se produce una sobretensión o una descarga fortuita, el flujo
de electrones elegirá antes el cable que el cuerpo humano.
En el
caso que nos ocupa, los puntos en los que están apoyadas las patitas de los
pájaros están tan próximos que la diferencia de potencial entre ellos es
ínfima. Y por otro lado la resistencia a la conducción del cuerpo del
pájaro es muchísimo mayor que la que ofrece ese minúsculo trozo de cable.
Por tanto, la corriente eléctrica circulará por el cable y apenas una minúscula parte derivará por el cuerpo del pájaro, que no notará ningún efecto.